Los desastres de la guerra (Josef Lies)

La obra Los desastres de la guerra (1859) de Josef Lies se presenta como una profunda reflexión sobre las calamidades que la guerra trae consigo, no solo en términos de destrucción física, sino también en el desmoronamiento moral y espiritual de las sociedades afectadas. Buscamos analizar esta obra desde una perspectiva teológica y artística, utilizando los libros de Nehemías y Esdras como referencia bíblica.

Josef Lies, un artista del siglo XIX, captura en su obra la crudeza de los conflictos bélicos a través de una técnica realista, detallada y emocionalmente evocadora. Su uso del claroscuro y la composición dinámica remiten a los grandes maestros del barroco, como Caravaggio, pero con una carga emocional que anticipa el expresionismo. Los rostros en sus pinturas, marcados por el sufrimiento y la desesperación, reflejan un profundo estudio de la condición humana en tiempos de guerra.

Los libros de Nehemías y Esdras narran la reconstrucción de Jerusalén y el templo tras el exilio babilónico, ofreciendo una visión de la restauración y la esperanza en medio de la devastación. La guerra, en estos textos, es presentada no solo como una calamidad física, sino también como una prueba espiritual. En Nehemías 1:3-4, se describe la desolación de Jerusalén: 

El remanente que quedó de la cautividad allí en la provincia está en gran mal y afrenta; y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras, me senté y lloré, e hice duelo por algunos días; y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.

En Los desastres de la guerra, Lies no solo muestra la destrucción visible, sino también las cicatrices invisibles que perduran en la sociedad y el individuo, similar a cómo Nehemías llora por las ruinas de Jerusalén. La guerra, como en Nehemías, es vista como un evento que destruye tanto lo material como lo espiritual.

Esdras 9:6 también resuena con el tema de la obra de Lies:

Y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo. 

Aquí, Esdras reconoce la culpa y el peso del pecado de su pueblo, algo que también puede verse en las expresiones de los personajes de Lies, quienes parecen cargar con un peso inmenso de culpa y desesperación.

La obra de Lies y los libros de Nehemías y Esdras convergen en la representación de la guerra no solo como un evento de destrucción física, sino también como una crisis espiritual que requiere una profunda reflexión y restauración. Así como Nehemías y Esdras trabajan para reconstruir Jerusalén y restaurar la fe del pueblo, Los desastres de la guerra nos invita a considerar la importancia de la recuperación espiritual y moral tras los conflictos bélicos.

Esta reflexión culmina con un llamado a la acción y a la restauración, tal como lo hizo Nehemías cuando convocó al pueblo a reconstruir el muro de Jerusalén (Nehemías 2:17): 

Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. 

De la misma manera, Lies nos insta a reconstruir nuestras vidas y nuestras comunidades después de la devastación de la guerra, un mensaje que sigue siendo relevante en cualquier época.

En conclusión, está obra de Josef Lies y los libros de Nehemías y Esdras ofrecen una profunda comprensión de la guerra y sus efectos. Ambos enfatizan la necesidad de la restauración y la redención, destacando que la verdadera recuperación no solo implica la reconstrucción física, sino también la renovación espiritual y moral.

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